Hoy me mojo,
¡No! metafóricamente porque, te pongas donde te pongas, si no hay aire
acondicionado te mojas del sudor. Si no lo habéis adivinado, escribo sobre esa
agonía que producen las altas temperaturas.
Mucha gente
tiene la sensación de que se está deshaciendo literalmente, como un copo de
nieve en plena primavera. No tienes
ganas de pintar y menos de estudiar para setiembre, solo de hacer el vago bajo
los efectos de una caipiriña y del aire
acondicionado. Eso sí, los más
atrevidos se enfundan su traje de baño y
van a la playa o a la piscina, pero nada supera el invento del frió artificial.
En mi pueblo
antes por las noches era muy típica “la fresca”, para entendernos era la reunión de todas las marujas del barrio, en la calle, en el
sitio más estratégico para ver el panorama y cotillear. Insuperables con los grupos de whatsapp’s. Ahora cada vez hay menos grupos, además que
si por la mañana hace un sol de apaga y vamos, por la noche hace una humedad,
que solo dan ganas de ponerte en el sitio más seco de casa y darle al
abanico. Porqué entre el calor y los
chupa sangre de los mosquitos, nadie duerme.
Como decía Frida
Kahlo, “Píes para que los quiero, si tengo alas para volar”. Hoy si Frida se despertaría de la tumba y vendría a
España, hubiera dicho “Píes para que los
quiero, si tengo alas para abanicarme”.
Aunque seas de ciudad o de pueblo siempre, para arrematar la
conversación sobre el calor te
encontrarás a la señora mayor de turno que nos diga:
- Uff,
Cami que si que aguantaremos la vasca que fa,
tinc ganes que siga hivern.
-
- Pues... no sé, lo que tengo claro que cuando sea invierno, me la encontraré por aquí y
dirá que tiene ganas de ver a las cigalas cantando y sudando como una cerda.
-
Jajajaja,
mai ens conformen en lo que tenim, filla.
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