sábado, 13 de junio de 2015

Mis primos Fulanito y Menganito.



Todo el mundo ha oído hablar de Fulanito y su amigo Menganito, cuando alguien se pone a hablar de estos personajes, ya sabe la gran mayoría a quién se refieren. No obstante, seguro que la gran minoría no tiene ningún amigo o amigos con estos dos nombres tan singulares. Hoy me mojo, escribiendo sobre la leyenda de Fulanito y Menganito: una pareja que ha dado que hablar desde antes que el matrimonio de Cervera.
La mayoría de conversaciones, empiezan “¡eh!, que Fulanito ME HA DICHO…” o “PREGÚNTASELO a Fulanito…”. En tu subconsciente, visualmente aparece la persona que crees a quién se dirige el emisor con este pseudónimo. No obstante, por norma general, primero Fulanito casi siempre está solo, porque siempre aparece en primer plano. Además, nunca se dice al principio de una conversación el nombre de Menganito. Más tarde, según lo que te estén contando aparecen más personajes como Fulanita y Menganita, ahora te preguntas “¿Menganita es la novia de Fulanito y hermana de Menganito?” O “¿Por coincidencias de la vida son pareja, aunque realmente quede raro?”.
Sin embargo, ni Fulanito ni Menganito aparecen en la wikipedia ni en frikipedia y más buscando en mi pueblo no hay ningún archivo que haga mención a ellos. Además, no hay ninguna película ni telenovela, serie o libro sobre ellos. Pero no importa, en esta trama lo más importante ha sido el boca en boca. Si alguien se preguntaba sobre sus orígenes, creo que es un tema para “quién sabe dónde” o “hay una cosa que te quiero decir”. En cambio, sí que parece que han echado raíces, ya que en el nuevo medio una nueva generación de la familia anecdótica ha roto moldes. Me refiero a Fuckencio y a Fuckencia, ¿quién no ha visto sus viñetas? Para mí son los herederos con aires renovados.
Al final de la historia, la mayoría de veces se dice “se encontró con Menganito y entre los dos la liaron parda”. Entonces se hace una gran pirámide de cuentacuentos, donde la historia parece más fantástica e impresionante a cada vez y, al último que se le cuenta flipa en colores, el pobre. Es entonces cuando este saca a la luz el famoso refrán “cuando el rio suena agua lleva”. Así, termina siendo un rumor convertido en un relato de suspense de Agatha Christie. Otra utilidad que a veces me viene a la mente de estos dos nombres, es la de sustituir el famoso anónimo, en vez de firmar como tal, se podría firmar “Fulanito, ya tu sabes”. Sería divertido porque quien empieza el culebrón no serían terceros, sino que el mismo protagonista cogería las riendas de su historia, función literaria que todavía nadie de la saga de los Fulanos y Menganos se ha otorgado.

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