sábado, 13 de junio de 2015

Psicólogos, loros con afán.



No hay grados si no diferencias, probablemente llegar a esa conclusión y argumentarla, hace años me hubiera evitado muchos palos. Pero no, decidí el camino de la arrogancia al decir, "cuando mis calificaciones sean suspensos como roscos hablamos, hasta entonces no me dirija la palabra”. Hoy me mojo con las supuestas disminuciones psíquicas.


Cada persona tenga lo que tenga, independientemente tiene que funcionar, para dar significado a su vida y vivirla. A mí personalmente me molesta mucho la gente que pone de escusa, sus supuestas deficiencias para hacer algo. Considero que son puntos que se tienen que corregir o educar, a lo largo de nuestra vida.

Además como se puede llegar a pensar que algo dentro de ti te puede impedir hacer alguna cosa, que al hacerla te sientes dichoso, es algo surrealista. Pero lo más heavy del asunto son aquellas personas que te etiquetan en su paranoia y por tener un título pues ya estas marcado y tienes tu sitio en la pirámide social. Algunas veces ese tipo de licenciados o graduados, pues pueden malograr una futura generación.

Con ello no niego que su diagnostico no tengan razón, pero nadie por más que estén homologados tienen licencia para decir lo que puedes hacer o no. Su trabajo es aconsejar y guiar. Hoy en día veo gente como Pablo Pineda que al fin se da cuenta, que la llamada "desigualdad positiva" no 

cumple sus objetivos, porqué no ayuda a nadie a enfrentarse con la verdadera realidad, si no al contrario. Aunque no tenga nada que ver, incluso me atrevo afirmar que muchos entes utilizan el concepto para su propio beneficio en conseguir mano de obra barata.

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